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EL ÁNIMA SOLA

 

 

Dentro de la mitología colombiana se encuentran muchas historias autóctonas, tales como el patetarro, el hombre caimán entre otros, pero de igual manera se siguen otras cuantas que tienen sus inicios en otras partes del mundo y épocas, inclusive en las que Colombia como república aun no existía. Uno de estos es  el caso del “Anima sola” cuya leyenda inicia en los tiempos de Jesucristo, siendo ella una hermosa mujer que pertenecía a las mujeres piadosas de Jerusalén cuyo fin era asistir a quienes eran crucificados y una de sus principales funciones era brindar agua para satisfacer la sed de los condenados.

 

Cuenta la historia que el “anima sola” era en su paso por el mundo terrenal una mujer llamada Celestina Abdegano, quien en la tarde del viernes santo en que Jesucristo fue crucificado cumplía con sus labores de mujer piadosa.

 

Esta mujer subió al calvario aquella tarde con un recipiente lleno de agua y por miedo de ser señalada por los judíos ofreció agua únicamente a Dimas y Gestas (los ladrones condenados junto con Jesucristo),  dio de beber a ellos dos, mas no a Jesús y por esta decisión ella fue condenada a divagar errante por el mundo padeciendo la  sed y calor  de las llamas del purgatorio hasta el final de los siglos en el juicio final.

 

Desde entonces de ella se dice que es una entidad maligna, otros que es benigna pero parece ser que en lo que si hay consenso, es que  para lo que sea que se invoque es muy efectiva, si bien no está consagrada por la iglesia católica si se piden muchos méritos por su intermediación.

 

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